La nube es una apuesta clara, necesaria, pero no exenta de dificultades

La entropía de la evolución a la nube

27 Jun. 2019

Cuando miramos hacia la nube ya no nos preguntamos si adelante o no. Esa ya no es la cuestión. El “porqué” de evolucionar a la nube ya no es un dilema, ahora la cuestión es “cómo” y “cuándo”. Incluso en el “qué” también se están despejando poco a poco las dudas. Hoy en día, incluso para nuestros sistemas más íntimos y críticos, encontramos oferta en la nube. Más allá de razones técnicas y económicas aparecen argumentos de coste de oportunidad que evidencian que debemos emprender ese camino. Luego está claro, hay que evolucionar, hay que cambiar, pero ¿está claro el camino a seguir?

La clave, como casi siempre, está en el proceso. En el camino a seguir para alcanzar ese ansiado horizonte. Y es aquí donde aparece nuestra amiga la entropía, ese concepto tan raro que estudiábamos en la universidad, y que más o menos nos dice que todo tiende al caos, y además, de forma irreversible. Tela. Dos palabras que a los ingenieros nos gustan muy poco. Desorden e irreversible. No es de extrañar que los Responsables de Tecnología, mirando hacia la nube, se inquieten ante un proceso de transformación tan poco organizado, con gran consumo de “energía” y además, para más inri, sin retorno. Los griegos, que de entropía sabían mucho, ya habían identificado que lo verdaderamente inquietante de un proceso de cambio no es tanto el posible desorden final, sino la incertidumbre que se produce antes de un giro. Vamos, el miedo. Ese sentimiento tan útil que nos alerta de que detrás de una curva puede haber una amenaza.

Desde CYC llevamos muchos años observando como distintas empresas abordan el desafío de evolucionar a la nube con estrategias bien diferentes. Unas lo abordan de una forma un tanto anárquica, quizás temeraria, lanzándose a la nube de cabeza y viéndolas venir conforme el proceso de adopción de nuevas formas de trabajar, por parte de los usuarios, chirría y saltan chispazos que hay que sofocar sin orden ni descanso. Otras lo abordan de una forma tan estructurada, rigurosa y lenta que, para cuando llegan al horizonte que buscaban, ya ha cambiado y encima han agotado al personal. Entonces, ¿qué están haciendo las que lo logran con acierto y agilidad? Muchas cosas. Para esta pregunta, como era de esperar, no hay una única respuesta. Pero para ser positivos, sí que podemos identificar un denominador común en la mayoría de ellas. Dos cosas que casi todas ellas han hecho.

  • La primera, tener muy claro el horizonte a alcanzar. La mayoría de las plataformas de servicios en la nube te venden un “paquete vacacional” completo. Toda una suite de herramientas y funcionalidades que te harán feliz… Un todo incluido. Pero esto, aunque ayuda, por desgracia no asegura el éxito. La clave en este punto está en probar antes. Casi todas las empresas que han tenido éxito en este proceso han lanzado, de forma ágil, una POC (Proof of concept). Han llevado a ese horizonte de forma de trabajo en la nube a un reducido equipo de trabajo y han evaluado, en real, qué funciona en su organización y qué no. Esta prueba con una pequeña población de la compañía les ha permitido diseñar un escenario de trabajo en la nube certero, y además, tener bien preparados unos acuerdos de uso para cuando el resto de la población de la empresa emprenda el camino hacia la nube.

  • La segunda, seguir un método de evolución a la nube. No se puede decir que exista una “receta” oficial de evolución a la nube, pero lo cierto es que algunas empresas hemos reunido, en un método o playbook, las buenas prácticas que las pioneras han identificado como “recomendables” para lograr un ascenso a la nube ágil y acertado. Un método ordenado donde prácticas de deconstrucción de lo existente se concilian con técnicas, tipo design thinking, de ideación del nuevo escenario de trabajo.

En resumen, la evolución a la nube es una apuesta clara, necesaria, pero no exenta de dificultades. Tener las ideas claras de cuál debe ser el escenario de trabajo en la nube para nuestra empresa en concreto, y seguir un camino guiado por un experto con método y experiencia pueden ser las claves del éxito.

 


Iñigo Sola
Director Técnico CYC 

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